Resumen:
Las respuestas a las problemáticas relacionadas con el ámbito de la salud mental se han centrado en la creencia de que la diversidad era un hecho individual de cada persona, responsabilizando al individuo de su voluntad de cambio, olvidando las condicionantes sociales de este hecho. En contraposición, en Europa se han creado diferentes movimientos fomentados por personas usuarias y ex-usuarias de los servicios de la red de salud mental que reivindican una serie de derechos, de soluciones y de propuestas alternativas a las institucionales. El presente artículo se basa en la primera parte de la tesis doctoral, que se centra en el estudio del papel de Trabajo Social como facilitador de los procesos de empoderamiento de las personas diagnosticadas con un trastorno mental. La intención es la aproximación al mundo asociativo «en primera persona» y el papel que ha obtenido en el momento actual en Cataluña. Para ello se cuenta con la opinión de nueve personas vinculadas a las nueve asociaciones que forman la Federació Veus. La metodología escogida es de carácter cualitativo, siendo dos las herramientas para la recogida de datos: la observación y la entrevista en profundidad. El análisis de los datos extraídos permitió concluir que las redes relacionales y el trabajo comunitario ayudan en la mejora de la calidad de vida de las personas usuarias de las asociaciones «en primera persona», mediante la paliación de los estigmas y las desigualdades que se pueden generar en torno a un diagnóstico.