Resumen:
En las últimas décadas la Intervención Temprana en Psicosis (ITP) se ha establecido como el modelo para entender y tratar a jóvenes que debutan con síntomas psicóticos. Se invierten muchos recursos en la investigación, se publican miles de artículos al año sobre este tema, y en los últimos 20 años se han puesto en marcha programas por todo el mundo, incluyendo España, que siguen sus principios. El Ministerio de Sanidad encargó la redacción de un consenso a la AEN (1) y la ITP se recoge actualmente como estrategia en la mayoría de los planes de salud de las CC.AA. y en la Estrategia Nacional de Salud, pero su desarrollo es muy desigual y no se han realizado las inversiones y el esfuerzo necesario para apoyar la implantación que propugna el modelo. Esto ha llevado recientemente a un grupo de asociaciones de profesionales, familiares y usuarios con el apoyo de Farmaindustria a elaborar un documento (“Posicionamiento por la implementación de programas de intervención temprana en psicosis”) en el que se piden adhesiones y, a la administración, recursos para esta causa. Lo cierto es que la investigación actual en psicosis se desarrolla en este ámbito y es evidente que la ITP mejora las vidas de algunos jóvenes y sus familias y supone en muchos casos mejoras en los servicios. El propósito de este editorial no es cuestionarla, sino pararse a revisar conceptos aceptados como realidades naturales y verdades que, en muy poco tiempo y sin suficiente reflexión, nos han llevado a todos a asumir un modo de hacer sobre el que no ha dado tiempo a pensar lo suficiente.