Resumen:
¿Qué es lo que convierte a los cuidados tan centrales en nuestras vidas, en nuestras sociedades? Es muy sencillo: no podemos ser sin los otros, sin las otras, somos vulnerables e interdependientes. Las fragilidades y vulnerabilidades que nos constituyen son realidades corporales deseables de la existencia, en torno a las que se construye cada día el lazo social. Tan solo recientemente, los cuidados entran en la esfera política reclamando su lugar y centralidad, justo cuando la economía ha puesto en riesgo a todo el planeta, las guerras se multiplican, las desigualdades crecen y las violencias hablan del fracaso de unos modelos de ciudadanía que empiezan a mostrar sus muchas limitaciones. Mientras, las luchas feministas se reactivan e intentan dar visibilidad a las voces que han sostenido este bienestar para una parte privilegiada de la población, denunciar los descuidos, abusos y violencias, y poner las bases para construir sociedades de cuidado, sociedades en verdad democráticas.