Resumen:
El envejecimiento de la población mundial es el fenómeno que marca nuestro siglo, se trata de un fenómeno que está modificando los actuales modelos de convivencia de las personas. Las ciudades cada vez están más pobladas, y esta población presenta un perfil diverso, conviviendo además con situaciones más diferentes y desconocidas. Sin embargo, en las agendas públicas lo que constituye un logro social, se asume como un problema y se ponen en marcha acciones que refuerzan una gestión del envejecimiento poblacional centradas en las personas mayores manteniendo todavía tintes de asistencialismo. Asumir el reto del envejecimiento de la población implica un cambio de visión sobre las personas mayores, desde una perspectiva de envejecimiento activo y saludable. Para ello lo social y lo arquitectónico deben ir de la mano y complementarse. Las ciudades habitualmente diseñadas desde un paradigma de modernidad y juventud, deben ser planeadas para posibilitar una convivencia social y una accesibilidad universal que permita el fortalecimiento de las relaciones intergeneracionales. A su vez, exige hacer del espacio construido un ámbito de inclusión que se exprese a nivel material y subjetivo. El medio social en general y el entorno urbano y la edificación en particular, requieren diseño, construcción y dotación que permita que las personas continúen con sus rutinas diarias a medida que envejecen y cumplir el concepto de “envejecimiento en el lugar”, en condiciones saludables y de felicidad.