Resumo:
Las personas con síndrome de Down tienen, sienten y pueden practicar su sexualidad. Los profesionales, padres o familia deben captar sus deseos en todas las áreas, incluida la sexual, para que puedan ser escuchadas, atendidas y en lo posible satisfechas. El objetivo es que lleguen a ser adultos plenamente integrados en la sociedad y como miembros de ésta puedan vivir, disfrutar y cumplir con sus derechos y deberes. Uno de los derechos es formar pareja y tener una vida sexual.