Resumen:
La crisis de los sistemas de cuidados y, especialmente la de los cuidados de larga duración (CLD), es una realidad global. En el contexto europeo el debate se centra en el impacto del cambio demográfico, la falta de trabajadoras especializadas, la insuficiencia de los catálogos de servicios y de los modelos de cuidados, poco centrados en las necesidades de las personas que precisan estos cuidados. Este artículo se centra en la situación de las trabajadoras que realizan los cuidados informales en los hogares en Alemania y España, en su mayoría migrantes, y que son uno de los pilares de los sistemas de cuidados en ambos países. La realidad de estas trabajadoras ejemplifica las desigualdades sociales, de género y étnicas que atraviesan los sistemas de cuidados y que necesariamente deberían ser uno de los ejes de las reformas. Estas trabajadoras migrantes, lejos de ser simples víctimas de sus circunstancias, demuestran tener una enorme capacidad de agencia y, por lo tanto, deberían ser protagonistas junto a las personas que precisan de los cuidados, sus familias, la sociedad civil y el resto de actores, del cambio de sistema.