Resumo:
Después de la pandemia se está promoviendo, desde las instituciones europeas y desde el gobierno español, el tránsito hacia unos modelos de cuidados personalizados en el hogar, de base local y comunitaria, a fin de evitar o retrasar la institucionalización en residencias de las personas mayores en situación de dependencia. En este artículo constatamos la existencia de un cambio de relato sobre el modelo de cuidados que tiene su eje en la estrategia de desinstitucionalización, pero se advierte de sus peligros si no va acompañada de una desfamiliarización y una desfeminización de los cuidados, así como de un sistema de financiación y de unas políticas públicas robustas. Se trata de que los cuidados sean un asunto social y político y no un asunto privado y de mujeres. Se concluye con la importancia de que haya un pacto social y político para poder garantizar el derecho al cuidado. Sin este pacto, el modelo de cuidados continuará siendo insuficiente, insatisfactorio e injusto.