Resumo:
En las sociedades occidentales modernas, la condición ciudadana sigue vinculada a una noción de individuo independiente, autosuficiente, ligado a la posesión de propiedades y otros recursos materiales. Sin embargo, esta idea de ciudadanía olvida que todos los seres humanos somos interdependientes, que la dependencia es consustancial a la existencia humana, aunque se manifieste con especial contundencia en algunos momentos de nuestras vidas, como los inicios y los finales del ciclo vital, o cuando enfermamos o desfallecemos. Desde esta consideración, se cuestiona también la noción de dependencia a la luz de los planteamientos sobre la ‘diversidad funcional’, de la construcción normativa de la salud y la enfermedad, así como desde la perspectiva feminista del care, y se invita a reflexionar en torno a un modelo de ciudadanía que incorpore las interdependencias, la fragilidad y la vulnerabilidad propias de todo ser humano.