Resumen:
Hasta hace pocos años, el feto era para el obstetra y todos los médicos en general un gran desconocido.
Aparte de estudiar su localización dentro del claustro materno, su crecimiento aproximado
y la existencia de latidos cardíacos, y todo ello de una forma un tanto rudimentaria, el obstetra era incapaz
de obtener otro tipo de información fetal.
Sin embargo, en los últimos 40 años, la introducción
de nuevas tecnologías, ha producido
que la accesibilidad al feto sea una realidad, y de
ser un perfecto desconocido, se ha convertido en
nuestro principal paciente, “el paciente silente”, y
todas nuestras actuaciones se centran no solo en
mantener la salud de su madre, sino en garantizar
su protección y su cuidado antes del nacimiento.