Laburpena:
El proyecto Sectores de la Nueva Economía 20+20 presenta experiencias empresariales de éxito representativas de los valores y usos de la Nueva Economía, con el fin de comprender cuáles son las claves del éxito de esta realidad que está surgiendo. Uno de los sectores analizados por la Escuela de Organización Industrial dentro de este proyecto, es el sector de la Economía de la Accesibilidad.
En los últimos años la responsabilidad social empresarial, y en concreto la RSE en materia de discapacidad y accesibilidad se ha convertido en un paradigma de gestión empresarial. La discapacidad es un factor de la diversidad humana, siendo éste un valor en alza, que cada vez más empresas van asumiendo en el seno de sus estrategias.La denominada economía de la accesibilidad surge precisamente de esta corriente.
Empresas grandes y pequeñas, trabajando en sectores muy diversos están apostando por un comportamiento socialmente más responsable, donde todo gira en torno del bienestar de las personas, tanto de los empleados como de los usuarios del servicio.
Los 20 casos analizados demuestran que la accesibilidad es una dimensión muy importante a considerar, sea cual sea la actividad empresarial, ya que de incorporarse correctamente en el modelo de negocio puede reportar muchos beneficios para la empresa:
- La incorporación de estándares de accesibilidad permiten ampliar el mercado a un grupo de potenciales clientes que pueden estar actualmente desatendidos.
- En una población cada vez más envejecida, los productos y servicios específicos, o aquellos desarrollados a partir de los criterios de diseño universal constituyen una importante oportunidad de negocio empresarial.
- Una oferta para un público más amplio (en base a criterios de diseño universal) mejora la imagen externa de la empresa, siendo ésta reconocida como
empresa socialmente responsable, concepto que en este caso va muy ligado al de un servicio de mayor calidad.
- A nivel interno, la contratación de personas con algún tipo de diversidad funcional supone aprovechar el potencial y el talento de un importante porcentaje de la población. Se trata de otra buena práctica empresarial que puede suponer un factor diferencial que también ayuda a incrementar la reputación de la empresa.