Laburpena:
En general, todas las personas con discapacidad intelectual tienen dificultades para el ejercicio y disfrute de sus derechos tanto civiles como sociales. Dentro de este déficit de ciudadanía, las mujeres con discapacidad intelectual sufren una triple discriminación: por ser mujer, por tener discapacidad y por ser esta intelectual. Dentro de este trabajo se presenta un programa integral de intervención que pretende dar respuesta a tres necesidades específicas: la lucha contra el abuso y la violencia; el apoyo a mujeres con discapacidad intelectual que son madres y el fomento del empleo como herramienta para el empoderamiento. Este documento aborda cada una de las necesidades citadas: lucha contra el abuso, apoyo a madres y fomento del empleo. Las herramientas analizadas para atender estos objetivos son diferentes en cada caso pero contienen dos aspectos comunes fundamentales para garantizar resultados positivos: de un lado la formación y la información de las mujeres con discapacidad intelectual en todas estas cuestiones y sobre todo la necesidad de sensibilizar al conjunto de la sociedad para favorecer su inclusión plena. Gracias al programa integral de intervención se ha dado mayor repercusión a la situación de exclusión y discriminación de las mujeres con discapacidad intelectual. Se ha formado a un total de 311 personas con discapacidad en identificar y saber cómo actuar ante situaciones de abuso y violencia, hay una mayor sensibilización en colectivos implicados en la atención a víctimas; se ha dado un apoyo especializado a un total de 17 madres que ha contribuido en la mejora de la calidad de vida del núcleo familiar. Por último, el apoyo en el empleo como herramienta clave para la autonomía personal y que ha permitido la inclusión al mundo laboral de 8 mujeres. El acceso a las oportunidades es el objetivo principal de este programa. Para ello, el trabajo individualizado y específico a las necesidades de cada mujer, es la clave para asegurarnos que estamos ofreciendo el apoyo necesario. Actualmente, hay un mayor número de mujeres con discapacidad intelectual que están formadas y sabrían identificar cuando están sufriendo una situación de abuso. Las madres con discapacidad cuentan con una red de apoyo que les permite poder sacar adelante a sus hijos en un entorno normalizado y donde los resultados repercuten tanto en la autoestima de la madre como en el desarrollo de los niños. Por último, la mujer con discapacidad deja de ser una figura dependiente y cuidadora y busca su espacio en la sociedad a través del empleo.