Resumen:
Hoy en día, para lograr el desarrollo pleno del alumnado en las aulas es fundamental trabajar el desarrollo de las habilidades sociales, promoviendo así la participación e interacción en la comunidad educativa, y facilitando su integración y motivación. Sin embargo, esto supone un problema para los alumnos que presentan Trastorno de Asperger, por lo que, como docentes, debemos ayudarles a superar las limitaciones que pueden presentar en el ámbito social. Por ello, debemos enfocar nuestra práctica docente a trabajar con el alumnado no sólo los conocimientos prácticos y teóricos que se nos proponen desde el currículum, sino también aquellos contenidos que se manifiestan en las prácticas sociales de su día a día. De este modo, el trabajo con el alumnado que presenta Trastorno de Asperger deberá abordar una labor docente donde se incluya el trabajo de la educación emocional, la interacción social y el trabajo del lenguaje. Así, desde el trabajo desde esta triple perspectiva, ayudaremos a que este colectivo pueda participar plenamente en las actividades de la comunidad educativa, en primera instancia, facilitando así su desarrollo integral, y pudiendo transferir estos conocimientos y habilidades a otros contextos de su vida diaria.