Abstract:
La intervención del trabajo social en salud mental tiene como objetivo la recuperación de las personas diagnosticadas con trastorno mental en diferentes ámbitos de su comunidad. Pese a esta directriz, la práctica de muchos/as de los/ las profesionales se ha quedado anclada en modelos teóricos biologicistas que evitan reconocer la experiencia del otro y planifican intervenciones acordes con los criterios normativos. Este posicionamiento abandona la meta de la autodeterminación de las personas usuarias y perpetúa espacios aislados de su entorno. Esta dicotomía provoca un dilema ético entre la práctica y el fundamento de la disciplina que las y los trabajadores/ as sociales llevan a cabo. En la presente comunicación, se exponen una serie de retos y oportunidades de innovación en el diseño de las intervenciones de Trabajo Social basadas en las teorías críticas, en las que el/la profesional evita una posición de poder, en detrimento de la dependencia asistencial. En relación al método del trabajo social se concibe la esfera comunitaria como indispensable para conseguir los cambios planteados. Estas propuestas muestran un claro aumento en la calidad de vida de las personas usuarias de los servicios de salud mental y el cumplimiento del objetivo de la rehabilitación.