Resumen:
Los cuidados de larga duración son una rama de la seguridad social en busca de definición y reconocimiento estadístico, pero sobre todo político. Aunque arraigada en servicios como la atención residencial o los servicios de atención domiciliaria con una larga tradición histórica, sólo en las últimas décadas los estados de bienestar maduros, enfrentados al
envejecimiento de sus poblaciones, se dan cuenta de su alcance y del reto que supone transformar la emergente variedad de servicios e iniciativas en una protección social adecuada disponible y asequible. Este artículo parte de las conclusiones de la investigación comparada europea de los años noventa para saltar a la situación actual y a las perspectivas de futuro. Ilustra que España en esta perspectiva europea se sitúa al margen con el tercio más bajo de los países europeos en cuanto a gasto en cuidados de larga duración y disponibilidad de servicios de cuidados de larga duración, pero duplicará su nivel de gasto en las próximas décadas. El estudio calcula un índice de solidaridad entre generaciones que ilustra que España podría hacerlo mejor a la hora de garantizar que el gasto social destinado a las personas mayores en el futuro evolucionará en línea con los ingresos del resto de la población. La propia Europa Social ha reconocido y estimulado recientemente y de forma sin precedentes el desarrollo de los cuidados de larga duración. Es un reto pero aún más una oportunidad desarrollar esta rama de la protección social también en España a un alto nivel, tanto más cuanto que reconoció ya tempranamente (2006) la necesidad de un seguro explícito para los cuidados
de larga duración.