Resumen:
Los niños y niñas con trastornos del espectro autista (TEA) ofrecen desafíos únicos a las familias, profesores, y otras personas que trabajan con ellos. En los últimos años el interés por estos trastornos ha aumentado considerablemente el trastorno autista, se encuentran entre las condiciones médicas más prevalentes en la infancia. En muchos países se han establecido comisiones de expertos con la misión de revisar los conocimientos científicos disponibles y llegar a conclusiones y recomendaciones. Las intervenciones educativas que se consideran eficaces comparten característica que son claves en cualquier programa de calidad. Son muy individualizada e intensos, adaptados al niño y la familia, iniciados lo más temprano posible, con alta implicación de la familia, un currículo global especializado, profesionales con formación específica y utilizan procedimientos de enseñanza validados empíricamente. El artículo perfila las características de las intervenciones que son consideradas eficaces, buenas prácticas basadas en evidencias científicas en la intervención en TEA. La investigación ha demostrado que muchos niños logran un proceso muy significativo. Hay clara evidencia experimental de que estos programas educativos pueden acelerar el desarrollo global del niño, reducir los comportamientos inadecuados, y mejorar los resultados funcionales a largo plazo.