Laburpena:
Dado que la discapacidad intelectual significa una merma en la capacidad adaptativa, se hace precisa la educación precoz, de manera que, desde muy pequeño, el niño con discapacidad intelectual crezca en un ambiente que cultive su desarrollo en habilidades sociales. Éstas van a suponer sus más importantes recursos para mejorar su capacidad adaptativa y, en consecuencia, para facilitar la convivencia en sociedad. Este manual está dirigido a los padres con hijos con discapacidad intelectual y propone una serie de orientaciones con el fin de que enseñen a sus hijos algunas habilidades y destrezas sociales básicas que les permitan integrarse mejor en la sociedad. Previamente, las autoras han realizado un estudio en el centro en que trabajan con el fin de identificar el grado de socialización de los alumnos y, así, dar respuesta a sus necesidades reales. Las técnicas aconsejadas para que los padres enseñen nuevas conductas a sus hijos pasan por el refuerzo positivo, el modelado, la práctica de tareas cotidianas, y la firmeza y el acuerdo de la pareja en las actuaciones. Las habilidades sociales propuestas son las relacionadas con la comunicación verbal y no verbal, con la expresión de emociones y con las habilidades para lograr un autoconcepto positivo.