Resumen:
La adquisición de una lengua de herencia signada implica desafíos psicológicos, educativos y políticos importantes. De la misma manera que familias migrantes deciden no usar su lengua de herencia con sus hijos e hijas para permitir una asimilación en la cultura mayoritaria, familias sordas pueden elegir usar la lengua oral para comunicar con sus hijos e hijas oyentes. La creencia según la cual el lenguaje se construye únicamente en la modalidad oral y que la lengua de signos resulta nociva para aprender a hablar, se reproduce tanto en las familias oyentes con hijos e hijas sordos que en las familias sordas con hijos e hijas oyentes. El conocimiento situado (Haraway, 1988) es decir subjetivo y relacionado directamente a su contexto puede cuestionar el saber científico y la ideología como únicos saberes legítimos. La persona CODA (Children Of Deaf Adults ) encarna en su vivencia la tensión entre los mecanismos de jerarquización de la sociedad sobre los cuerpos, las lenguas y las culturas y los procesos de resistencia y de autodeterminación frente a ellos. En este trabajo, se pretende reconocer al sujeto “signante de herencia” y demostrar cómo ese concepto permite visibilizar la realidad compleja y diversa de los hijos e hijas oyentes de padres sordos y redefinir la identidad CODA. En ese recorrido, se revela el necesario proceso de identificación de los signantes de herencia con su lengua materna